Ahora resulta que Mario Zúñiga y colaboradores afines--sus empleaods en la escuelita-- han hecho carteles, vociferan, gritan y exigen que los padres de familia se pongan al corriente de sus pagos mensuales o sus hijos no juegan en la liga. Para que allí crezcan en su educación deportiva, resulta que también exigen que paguen los pobres progenitores una cantidad extraordinaria por suscripción.
Resulta, también, que el uniforme prometido por el Presidente Municipal Rivera, hasta la fecha no ha llegado a los chuiquitos y de pagar sus padres lo que deben, tampoco podrán jugar porque los uniformes que tenían ya están hechos pedazos.
La camiseta lleva el rimbombante nombre de Xochitepec que los niños llevan con mucho orgullo. Pero, es de presumirse, que las autoridades municipales colaboran para que la gente se entere de que también allí sopla el aire y no sólo en la airosa Pachuca<, lugar al que es muy proclive el tenaz Zúñiga, al grado de permitirles--como presidente de la liga-- que metan cachirules a los juegos definitorios, los del campeonato y así se vean zánganos de casi 15 años jugar contra chiquitos de menos de la mitad de esa edad: la generación 2002 (8 años, a la sazón).
De cualquier manera, lo mismo le da a don Mario que píerdan los de su escuelita (suya porque recibe pagos hasta por adelantado) aunque lleven el honroso nombre del pueblo que perteneció al gobernador Lauro Ortega, quien, aunque era oriundo de Xochi, manifestaba a todo el mundo que el pueblo era de su propiedad.
Así parece que ese mal es contagioso, ya que Mario Zúñiga cree que el estadio, la escuelita, los balones, los entrenadores y hasta los honrados ciudadanos que llevan a sus hijos a la escuelita de formación, son todos, todos suyos.
Quizás crea usted que exagero, pero no. Así se las gastan por allá.
Y el Presidente, pues lo tolera porque es su cuate con el que jugaba a las canicas y ahora juegan al futbolito pagadito y por adelantado...!!!
